Mantenernos físicamente activos es una parte muy importante de nuestra salud, ya que el sedentarismo trae consigo diversos problemas. Queremos aprovechar la oportunidad para brindar educación sobre el tema.

La Asociación Americana de Cardiología (AHA) ha publicado dentro de sus recomendaciones más importantes el ejercicio aeróbico por un mínimo de 150 minutos, o 2.5 horas, cada semana. Se estima, sin embargo, que solo 1 de cada 5 adultos y adolescentes cumplen con esta recomendación. Inicialmente, si no está acostumbrado a hacer ejercicio, 150 minutos semanales puede sonar como mucho para usted. Recuerde que puede distribuir este tiempo como usted lo desee. Podría, por ejemplo, realizar 30 minutos de caminata moderada 5 veces a la semana. Si realizará actividad física de mayor intensidad o vigorosa, el mínimo recomendado son 75 minutos semanales. Puede también añadir ejercicios de resistencia o pesas 2 veces a la semana.

Ejemplos de ejercicios aeróbicos de intensidad moderada incluyen:
Caminata rápida, Aeróbicos en agua, Bailar, Deportes como el tenis y Ciclismo lento.

Ejemplos de ejercicios aeróbicos de intensidad mayor o vigorosa incluyen:
Correr, Nadar, Saltar cuerda y Senderismo.

Un buen lugar para empezar es pasar menos tiempo sentado. Incluso la actividad física leve de ir a dar una caminata, los oficios del hogar, o dedicar unos pocos minutos a ser más activos puede brindar beneficios a la salud. Escoja un tipo de ejercicio que disfrute. Hacer ejercicio no es una cuestión de “todo o nada”. Empecemos con una meta posible y gradualmente puede ir aumentando el tiempo e intensidad del ejercicio físico a medida que se sienta más fuerte y cómodo.

Algunos de los beneficios con los que podrá contar incluyen:
– Disminuir el riesgo de enfermedad cardiaca, derrames, diabetes tipo 2, hipertensión arterial, demencia y Alzheimer.
– Mejora la calidad del sueño, y es parte del tratamiento del insomnio y apnea obstructiva del sueño.
– Mejora la memoria y concentración.
– Pérdida de peso, disminuye el riesgo de obesidad y enfermedades asociadas.
– Mejora la salud de los huesos y el balance, para disminuir el riesgo de caídas y fracturas asociadas.
– Alivia los síntomas de la depresión y ansiedad.
– Mejora la calidad de vida y sensación de bienestar.